En las costas peruanas, bañadas por el Pacífico, crecieron los sueños de una familia que llevaba la pasión por la cocina en la sangre. El aroma del mar, la frescura de los ingredientes y la calidez de las tradiciones culinarias peruanas eran parte de su día a día.
Con el anhelo de ofrecer un pedacito de su tierra en un nuevo horizonte, decidieron emprender un viaje hacia Port Chester, Nueva York. Allí, con las manos llenas de sueños y un corazón lleno de sabor, fundaron Panka Peruvian Bistro.
El primer día
Desde el primer día, Panka se convirtió en mucho más que un restaurante. Se transformó en un embajador de la cultura peruana, un lugar donde los aromas y sabores de Perú se fusionaban con la calidez de la hospitalidad norteamericana. Cada plato era una carta de amor a su tierra, una invitación a descubrir la riqueza y diversidad de la gastronomía peruana.
Los chefs de Panka, con una maestría heredada de generaciones, seleccionaban cuidadosamente los ingredientes más frescos y auténticos. El ceviche, con su explosión de sabores marinos, el lomo saltado, con su mezcla de dulce, salado y ácido, y el arroz con leche, con su textura cremosa y su sabor reconfortante, eran solo algunas de las delicias que deleitaban a los comensales.
Desde pequeño entendí que la cocina peruana es un lienzo en blanco donde puedes pintar con los colores de la tradición y la innovación. En Panka, seguimos esa filosofía, fusionando los sabores ancestrales de Perú con ingredientes locales y técnicas modernas. Cada plato es un homenaje a nuestras raíces y una invitación a explorar nuevos horizontes culinarios.”
Reynier Melgar.
Pero Panka no se limitaba a ofrecer platos tradicionales. Los chefs, con una mente creativa y un profundo respeto por las raíces peruanas, se atrevían a experimentar con nuevas combinaciones, fusionando los sabores peruanos con ingredientes locales. Así nacieron platos innovadores que sorprendían y cautivaban a los paladares más exigentes.
Con cada plato servido, Panka transmitía una historia, una tradición y una pasión. Los comensales no solo disfrutaban de una deliciosa comida, sino que también se sumergían en la cultura peruana, aprendiendo sobre sus costumbres, su gente y su historia.
Panka Peruvian Bistro es más que un restaurante, es un pedacito de Perú en Port Chester.
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